Correteaba por camino
empedrado en un bosque de aquel pueblo. Su melena negra ondeaba más viva que el
fuego, más rápida que el resentimiento.
Él la observaba hacia el final
con una sonrisa de pillo.
- ¡Si cuento hasta tres voy a
poder volar! ¿¡Me oyes!? - dijo ella mientras seguía corriendo en la apertura
de los árboles y él, podía seguir permitiéndose el lujo de mirarla.
Entonces comenzó a correr más
y más rápido, mientras en su cabeza comenzaba por el número uno.
Imaginó que sus pies, con
calma, iban a una velocidad sobrehumana, cada vez sentía más el aire entre los
dedos. El olor a tierra mojada podía filtrarse entre cada diminuto poro de su
piel.
- Dos.
El camino se volvía resbaladizo y escarpado, ella seguía imaginándose que
poco a poco, se levantaba del suelo.
- ¡Para o te caerás! - la interrumpió él.
- ¡Tres! - le contestó.
El aire la golpeaba la cara, era duro y a
la vez tan agradable. Entonces, el viento comenzó a calmarse, ella perdía
velocidad, y sus pulmones no podían abarcar más aire.
Hasta que con los brazos
abiertos, con el pecho mirando al cielo dejó que frente a él la lluvia la
hiciera sentir de verdad el frío.
- No has podido
volar. - dijo él con las manos en los bolsillos.
- ¿Para qué iba a querer
volar? - salió de sus pulmones sofocada.
- Para sentir la velocidad.
- Entonces deberías ponerme la
mano en el pecho cuando te miro. Eso sí que es velocidad, no creo que sepas su verdadero significado.
; Referencial.
; Expresiva.
; Apelativa.
;Fática.
;Poética.
;Metalingüística.
María, tu texto es impecable, pero creo que no has entendido del todo bien la función fática, lo seguiremos repasando porque veo que es la que os causa más problemas. Además, no veo del todo claro lo que señalas como metalingüística. De todos modos, buen trabajo y espero que te mejores, se te echa de menos en clase estos días.
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